La obesidad es una realidad amplia y compleja que suele asociarse a problemas emocionales y relacionales, por eso en ITA el tratamiento combina el área médico-nutricional con una intervención psicológica. El objetivo de las sesiones no es solo la pérdida de peso, sino mejorar el bienestar psicológico de la persona para asegurar el mantenimiento del peso perdido y del estado emocional.
Durante las sesiones se trabajan las emociones que giran alrededor de la enfermedad y se trabaja con el o la paciente para que diferencia la ingesta emocional de la igesta nutricional.
El tratamiento consta de tres ejes de intervención:
Introducción y consolidación de hábitos alimentarios saludables, que sean realistas y se puedan mantener en el tiempo.
Ejercicio físico personalizado. Se trata de introducir hábitos de actividad física que se adapten a la cotidianeidad de la persona y así pueda disminuir el sedentarismo.
Intervención en aspectos psicológicos asociados a la obesidad. Muchas veces la obesidad responde a la dificultad de canalizar el malestar psicológico a través de la comida, un malestar que puede deberse a problemas emocionales, familiares o relaciones sociales, pero que serán tratados durante la terapia.